Con su vestido de organza de papel de crunch.
jueves, 9 de diciembre de 2010
Jose
Saravan
Cuando terminó la fiesta, el confeti quedó pegado al tacón. La luz ya no era la misma, los pies te dolían.
Agua con sal y un poco de reposo hasta la próxima fiesta.
Iván
Las gemelas
Marta 40
Tina
Por alguna extraña razón, ella se señala la garganta, o un punto intermedio, entre las clavículas y el cuello. Su elegancia inquebrantable es un desafío a las grietas inevitables del fresco de la vida de todos.
De verdad que intento que estos retratos hechos ya hace años me hablen, pues no recuerdo muy bien qué me llevó a terminar este así. Un viaje reciente a Italia podría ser una buena razón, pero creo que la Mona Lisa sigue en París.
Distinguida señorita, mujer y niña en una, juguetona y justa. Grande Tina.
Joaquín
Allá donde esté, tengo presente su fantástica dualidad, su risa escandalosa, y una mirada que va más allá... y más acá, ojo!
Divino, siniestro, idéntico a sí mismo, mimético , disciplinado, hedonista, sublime: su arte.
Debiera haber añadido al retrato una flor en su oreja. Pero yo no sé de flores aún y no quiero elegir cualquiera.
Álex
Alejandra es nómada
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