miércoles, 8 de diciembre de 2010

Al patriarca se le cayó el sombrero


A través de una cortina de humo me mira. Luego me sonreirá y se reirá de la vida al ritmo de unas palmas en "La leyenda del tiempo".

A altas horas de la madrugada, el Candela nos acoge a todos. Allí van a caer los personajillos más surrealistas y noctámbulos del barrio. Hay algunos cuadros y pósters de línea picassiana, mujeres lorquianas hablándose al oído, miradas vidriosas y tufillo a rancio. Y así pasan las horas sin que uno se dé cuenta.

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