Una vez un chico me regaló una botella sin mensaje. Luego le eché agua y se estancó. Sirvió de peso para que no saliera volando una mesa, de atrezzo en mi primer corto, de bodegón puesto que ese vídrio es idóneo para practicar las transparencias....
Ahora está en algún lugar de un trastero.
Yo estoy aquí.
Él, ya no lo sé.
miércoles, 8 de diciembre de 2010
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Cualquier feedback será bien recibido ya que no puedo ver vuestras caras;)