miércoles, 8 de diciembre de 2010

Iniciación doméstica


Lo quieras o no, te tendrás que adentrar en el bosque.

Haciendo mis pinitos con la acuarela, sin miedo me marqué esta escena arquetípica. Y ahí estoy yo de peque, de noche, dándole un poco más de glamour antropológico a una escena que viví con 5 años y que me traumatizó de por vida.
Imaginad a una niña pequeña, en Caracas (Venezuela). Sus padres la dejan sola y las vecinas, menores de edad pero ya embarazadas, empiezan su fiesta de cumbias y salsa regada con cerveza polar y malta. La niña intenta dormir, pero no puede. La nani de esa noche no es la de siempre, esta se llama Felicidad y es malísima. Se oye un gato maullar: es medianoche. Se levanta desesperada en camisón de verano. Felicidad no empatiza con ella. Al otro lado del pasillo, la mira. Ella llora para llamar su atención y en ese preciso instante siente un cosquilleo sobre sus piernas... una cucaracha tropical!!! (ojo al dato, son tochísimas y gordas) subiendo por su cuerpo!!! Felicidad se ríe cual pérfida de Disney y yo no recuerdo más de esa escena, pero sí mi queja en los sucesivos días: "no quiero felicidad, no quiero felicidad!"

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Cualquier feedback será bien recibido ya que no puedo ver vuestras caras;)